• miércoles, enero 02, 2008

    La importancia del 3 de enero en Estados Unidos

    Desde 1972 las primarias del Estado de Iowa son el primer acontecimiento electoral masivo del proceso que nombra el Presidente de los Estados Unidos. Esta primaria, es la primera, donde tanto los demócratas como los republicanos, eligen al candidato que prefieren que vaya a la elección presidencial. Estas ‘primeras’ primarias también son seguidas de cerca por los medios y pueden ser un factor importante para determinar quien se queda en la carrera y quien se retira. Es la oportunidad para que los candidatos menos favoritos inviertan sus recursos en hacer campaña y apuesten a que les vaya bien en este Estado, para de ese modo entrar a la competencia. Es la última barrera de entrada.

    Las ‘primeras’ primarias.

    El candidato que finalmente va ir en el boleto para la elección presidencial, para cada partido –en cuanto a los demócratas y a los republicanos—, se nombra en la Convención Nacional. Un grupo de delegados decide colectivamente sobre cuál será el candidato que correrá para la presidencia. Para elegir a estos delegados se usa el mecanismo electoral de primarias. El primero es el de Iowa. Y el segundo es el de New Hampshire.

    Las primarias de Iowa operan de forma distinta a las primarias utilizadas por la mayoría de los otros Estados. Se le conoce más que una primaria como un “cabildo” o “una reunión de vecinos”. Sucede que en una manera más bien informal se juntan todos los ciudadanos en edad de votar para la elección presidencial y se ponen de acuerdo formando grupos dentro de gimnasios, colegios y diversos recintos públicos para votar por su precandidato de preferencia. Una vez que se vote por cada candidato, los delegados son designados proporcionalmente al apoyo a cada uno. Finalmente son los delegados los que van a representar sus intereses en la Convención Nacional del partido –la última instancia para elegir al candidato definitivo—. El candidato electo para la elección presidencial es el que tiene mayor apoyo entre los delegados.

    Aparte de esta forma, la más común en el país son las primarias tradicionales. Como por ejemplo el que sigue al de Iowa. El que sucede en el Estado de New Hampshire.

    Las primarias de New Hampshire son semi-abiertas. Es decir puede votar cualquiera que no este inscrito por cualquier candidato. Sin embargo votantes que si están inscritos, solo pueden votar por los precandidatos en la lista de su partido. Por ejemplo un votante inscrito en el partido Demócrata no puede votar por un candidato en la lista del partido Republicano y viceversa.

    Aparte de los “cabildos” de Iowa, y las primarias semi-abiertas de New Hampshire, la forma más popular para seleccionar candidatos en Estados Unidos son las primarias tradicionales, las cuales pueden ser abiertas, donde cualquiera vota por cualquiera, o pueden ser cerradas, donde el votante debe estar inscrito en el partido y solo puede votar por la lista de su partido. También existen pequeñas variaciones a través de los Estados –por ejemplo, cada Estado determina el mecanismo para repartir las preferencias de los grupos entre los delegados—.

    De ese modo, el 3 de enero en Iowa y el 8 de enero en New Hapshire, se da el punta pie oficial a la carrera presidencial.

    Es por medio de ganar estas primarias que los candidatos aspiran a sumar ímpetu para finalmente apoderarse de la nominación de su partido en la Convención Nacional –que naturalmente hay una para cada partido—. También es la instancia para que los candidatos menos favoritos y menos conocidos concentren sus recursos en hacer campaña, y consigan la atención de los medios para seguir triunfando a través de las primarias en el resto de los Estados.

    Es el caso por ejemplo del poco conocido en ese tiempo ex gobernador Jimmy Carter en 1976, que sumó la mayor cantidad de adherentes en Iowa y ganó en New Hampshire. Finalmente logró el éxito en el resto de los Estados logrando la nominación presidencial de su partido, y consecuentemente la presidencia.

    Pero ganar las dos primeras primarias no siempre termina en una historia feliz. Por ejemplo el candidato demócrata Tsongas, que en 1992 comenzó como caballo ingles pero terminó retirándose por falta de fondos contra la masiva campaña de Clinton. O también el ahora precandidato John McCain en 2000, que si bien ganó 48% a 30% en New Hampshire y las encuestas dramáticamente aumentaron a su favor y su popularidad creció mediáticamente, finalmente terminó perdiendo en la sumatoria de los Estados frente a George W. Bush.

    Tanto así que, la historia avala que un triunfo en Iowa no es ni una condición necesaria ni suficiente para el éxito. Se puede perder Iowa y todavía ser nominado por la Convención Nacional (Clinton, Dukakis, Carter, Bush, Reagan). O se puede ganar y aun así perder la nominación (Harkin, Gephardt, Dole, Bush).

    Por otro lado triunfar en New Hampshire tampoco asegura el éxito. Se puede perder New Hampshire y todavía ganar el nombramiento (Clinton, Mondale, Bush, Dole). O se puede ganar y todavía perder el nombramiento (Tsongas, Hart, McCain, Buchanan).

    En fin, el tema con estas dos primeras primarias es que ser instancias predictoras de quién va ganar finalmente la nominación, juegan un rol de “corta-cabezas”. Es decir que si bien no son las que nos darán una idea de quien va ganar finalmente, sí son consideradas dentro de las más importantes dado su característica de definir cuáles son los candidatos que más fuertes y cuáles son los que simplemente no tienen oportunidad.

    Sobre todo en un año como el 2008, donde ya existen 7 republicanos y 8 demócratas como precandidatos.

    Así que si nos preguntamos: ¿realmente importa quién gana en Iowa y en New Hampshire? Probablemente no tanto, pero sí nos dará una buena idea de cuales son los que siguen y cuáles son los que se van para la casa.

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