Parece que parece que.

Si ponemos en la balanza a la Concertación y a la derecha en las últimas semanas podríamos decir que parece que la derecha lleva la ventaja.

Principalmente por 2 razones,

En primer lugar, porque el ex presidente Lagos dedicó exclusividad en su carta enviada a la comisión investigadora para primero excluirse de cualquier responsabilidad en las fallas del Transantiago, y segundo explicar que aquellos problemas del plan eran de índole de implementación, es decir, del gobierno de Bachelet. Naturalmente esto es un problema para el gobierno, dado que a los constantes reclamos de la gente, las acusaciones de la derecha, se suman las críticas de su propio sector.

Y segundo, por los propios meritos de la derecha. Específicamente porque a la derecha les sirve que Bachelet y la Concertación se vean mal. Eso lo han aprovechado mediáticamente para insistir en su mediocridad y demostrar su mala gestión. Pero más importante aun es el repunte de Lavín con su táctica bacheletista/aliancista. En la lista de los cinco políticos con más futuro, Lavín se une al ya inamovible Piñera. La principal preocupación para el oficialismo de tenerlos a ambos en esa lista, es que -tal como se vio en la elección presidencial de 2005- ambos juntos suman más votos que la Concertación

Anticipar el movimiento del oponente es el nombre del juego. Lo último que quiere la Concertación es darle razones a la derecha para atacarlos. Y lo que menos necesita la derecha es mostrar que no pueden lavar su ropa sucia en casa. La rencilla Allamand-Longueira, Piñera-Lavín no les va servir.