• viernes, enero 11, 2008

    Primarias en Estados Unidos: Iowa y New Hampshire.

    Obama, Hillary, Huckabee, McCain y Romney son los nombres de los grandes ganadores en las 2 primeras primarias. Pero si bien la carrera ya empezó y los primeros ganadores ya se sienten los favoritos, nada es seguro aun.

    Veamos lo que pasó en Iowa y en New Hampshire.

    Se los dije. En Iowa ganó Obama. Y es doble mérito porque derrotó a Hillary, la cual tenía la victoria prácticamente asegurada desde hace un par de años. Si bien un triunfo en el Estado de Iowa no significa casi nada -con respecto a su peso con el resto del país- su discurso y la posibilidad de quiebre y cambio parecía haber calado hondo en la gente. Sin embargo el outcome electoral en el Estado de New Hampshire demostró lo contrario. Hillary ganó de vuelta a Obama mostrando que no todo estaba perdido. En ambas primarias la eterna promesa, John Edwards, llegó tercero.

    En los Republicanos la victoria de Huckabee en Iowa desencadenó el mismo efecto que Obama. La sensación de su victoria vibró a través del país como una victoria nacional. El segundo lugar fue para su archi-enemigo en Iowa, el multimillonario Romney, que fue el candidato que invirtió más tiempo y recursos en hacer campaña alli. Y el tercer lugar fue un empate entre el carismático Thompson y el ídolo McCain. Las cosas cambiaron en New Hampshire. Los votantes de ese Estado apoyaron al ex prisionero y veterano de guerra McCain, el cual resultó primero con 37% de los votos. Lo siguió de cerca Romney con 31%, y tercero Huckabee con un distante 11%.

    ¿Qué podemos sacar en limpio?

    Básicamente nada. Muy poco.

    (1) Estas dos primeras paradas tienden a identificar a los perdedores más que a los ganadores. No se puede predecir el nominado con estos resultados, pero sí se puede diferenciar a los potenciales ganadores de los que seguramente se retirarán temprano de la carrera. Por ejemplo, los candidatos que sacaron alto porcentaje de votos en estos Estados, naturalmente seguirán en carrera por un buen tiempo, dado que la lógica nos dice que van a tener algo de apoyo –por lo bajo que sea- en todos los Estados. Pero por otro lado, los candidatos que obtuvieron virtualmente ningún voto son los que se puede especular con una salida temprana de la carrera (principalmente por falta de recursos luego de un buen análisis de expectativas). Pero hay candidatos que no les fue bien en ninguno de estos dos Estados, sin embargo no están perdidos aun. Es el caso de Guliani y Thompson por ejemplo. De estos podemos esperar que pongan sus huevos en las canastas donde puedan tener un buen desempeño, es decir en: (a) los Estados que se distribuyen los delegados por sistema todos al ganador, o (b) en grupos de Estados similares donde los votantes sean afines a sus temas fuertes (inmigración, impuestos, guerra en Irak, por ejemplo).

    (2) Ganar en un Estado y no en otro no es condición necesaria ni suficiente para ser el nominado. Como escribí en una de mis columnas anteriores: se puede perder Iowa y todavía ser nominado por la Convención Nacional (Clinton, Dukakis, Carter, Bush, Reagan). O se puede ganar y aun así perder la nominación (Harkin, Gephardt, Dole, Bush). Por otro lado triunfar en New Hampshire tampoco asegura el éxito. Se puede perder New Hampshire y todavía ganar el nombramiento (Clinton, Mondale, Bush, Dole). O se puede ganar y todavía perder el nombramiento (Tsongas, Hart, McCain, Buchanan).

    De todo esto, ¿qué podemos intuir? Dos cosas.

    (1) A diferencia de los deportes, en este juego, dos segundos lugares valen un primero. Dado que en algunos Estados los delegados se reparten proporcionalmente al voto, participar en todos los Estados es sumar algo de apoyo. Es el caso de Romney. El ex gobernador de Massachussets lleva dos segundos lugares (Iowa y New Hampshire) y una victoria en Wisconsin. Este record lo posiciona como el candidato con más delegados entre los republicanos. Esto nos dice que los candidatos van a tratar de usar sus recursos y hacer buenas campañas en la mayor cantidad de Estados que puedan, sobre todo los primeros, para así “agarrar vuelo” e ir sumando apoyo. Y así mismo, el otro lado de la moneda, nos ice que es muy probable que los que no sean exitosos en esto, consiguiendo una votación digna, se vayan quedando atrás y se terminen retirando más temprano que tarde por falta de recursos.

    (2) Sin embargo lo anterior, la estrategia de jugarse los recursos en determinados Estados va depender en las características de cada candidato. Por ejemplo, en la campaña presidencial pasada de Bush se jugó todas las fichas en Estados del centro y del sur, pero nunca fue a Estados como California u Oregon que son considerados más liberales. Esto porque sabe que hacer campaña allí simplemente es inútil, no le conviene. Gastar recursos importantes en Estados donde el sistema de distribución (todo para el ganador), y el perfil de los votantes (liberales), no lo favorecen sencillamente no le seria productivo. Por lo que hay que esperar a que los candidatos con menos recursos inviertan en Estados que estratégicamente puedan ganar.

    Etiquetas: , , , , , , , , , ,