• viernes, enero 04, 2008

    La renuncia de Velasco.

    Las principales repercusiones a la renuncia del Ministro del Interior Belisario Velasco van a estar relacionadas con la labor de Bachelet. A dos años del comienzo del gobierno de Bachelet, esta es la cuarta rotación ministerial, y ya muchos se empezarán a preguntar por qué todos están abandonando el barco. Lo cierto es que la Alianza abordará el problema como una falta de gobernabilidad de Bachelet, buscando reflejar estas ideas en la opinión pública e impactar en su nivel de popularidad.

    El primer cambio de gabinete fue el más emblemático y decisivo para Bachelet. Con solo cuatro meses de gobierno, en julio de 2006, tuvo que enfrentar las masivas protestas de los secundarios para reformar el sistema de educación. Para esto Bachelet comenzó de arriba hacia abajo. Partiendo por lo que debiera ser su mano derecha y cómplice en decisiones, el ministro del interior, Andrés Zaldívar. Zaldívar fue reemplazado estratégicamente por otro demócrata cristiano, Belisario Velasco.

    En las otras carteras, en Educación el ministro Zilic fue sucedido por Yasna Provoste para darle un aire fresco al problema educacional. En Economía salio la titular Ingrid Antonijevic, cercana al PPD, y entro Alejandro Ferreiro. Más que nada por un tema coyuntural, y por la mayor afinidad del ministro de Haciendo con Ferreiro. En resumen salieron dos demócratas cristianos y entraron 3.

    El segundo cambio de gabinete fue el más numeroso. Probablemente el momento de cambio y aire nuevo en la corta carrera de Bachelet hasta el momento. Con el desastre del Transantiago en sus manos, no tuvo otra opción que rotar en el ministerio de Transportes. Salio el difamado ministro Sergio Espejo y entro Cortázar. Sale un DC, entra un DC. Un cambio técnico. Si bien el problema nunca fue de Espejo, la herencia lo hizo ser culpable en los ojos de la gente. Con el cambio y las promesas de un ministro más técnico las peripecias del Transantiago asumieron otro rumbo.

    Por otro lado, también salio el “cerebro estratégico” del gobierno, la ministra de la Secretaría General de la Presidencia. Paulina Veloso fue juzgada por la oposición y luego mediáticamente por ser culpable de temas como el Transantiago y de no participar en solucionar las falencias del sistema educacional. Asumió en su cargo, el también socialista y ex-Senador de la octava región –costa—, José Antonio Viera Gallo.

    Además de estos dos grandes cambios, también fue reemplazado Isidro Solís en Justicia por el también radical Carlos Maldonado. Si bien este cambio fue uno más bien presionado por la derecha, dado el tema de la seguridad ciudadana, y temas como “la puerta giratoria”, no fueron hechas por causa de la gente ni tuvieron mayor efecto en los medios. Finalmente también fue reemplazada Vivian Blanlot, que al parecer nunca entendió los temas de su cartera en el ministerio de Defensa. La reemplazó el PPD José Goñi.

    Con la entrada de dos hombres por dos mujeres Bachelet rompe su promesa de paridad de género en su gabinete.

    El tercer cambio de gabinete lo protagonizo el ministro Lagos Weber. Fue la primera renuncia indeclinablemente seria en el gabinete de la presidenta. Lagos Weber opto por salir del gobierno para optar por un cupo senatorial por su partido (PPD). El hijo del ex Presidente Lagos era la ficha de Bachelet que la ligaba a la continuidad del gobierno de Lagos padre, pero con su particular estilo, la asociaba al cambio.

    Un beneficio adicional de tener a Lagos Weber en el gabinete era evitar tener roces con el sector más tradicional y laguista de la Concertación. Curiosamente su salida calza con el rompimiento del silencio del ex presidente Lagos. El vocero fue reemplazado por el ex ministro y vocero de gobierno de Lagos, Francisco Vidal. Con este cambio la Presidenta evita romper del todo con el sector tradicional y recibir críticas desastrosas de su misma coalición.

    El último cambio es el del Ministro del Interior Belisario Velasco. Si bien pareciera ser de lo más normal la renuncia, es sospechosa la huida de los personeros de más alta jerarquía. La oposición posicionará la renuncia como la segunda señal de crisis en el gobierno. Dos renuncias en un mes nunca son buenas noticias.

    Belisario Velasco, tradicional figura de la DC, representa la relación de la Democracia Cristiana con el resto de los partidos de la Concertación. No solo es el sector que aporta con más votos sino que además son el más numeroso. Esta relación se refleja en la composición del gabinete, tienen el ministro más importante, y además tienen suficientes ministros para que sea una relación casi proporcional a lo que aporta en las urnas.

    ¿Ahora quién vendrá en su reemplazo? En todos los cambios siempre se ha favorecido a la DC. Siempre que se cambia un DC, se designa un DC, y así lo será esta vez también.

    Si bien un cambio de gabinete no es algo extraño, lo que resta del gobierno de Bachelet va estar muy en contacto con las elecciones y por lo tanto con el roce con la oposición. El tema significativo va ser la búsqueda de un reemplazante que le de estabilidad política y estratégica a la conducción y que además augure un sólido porvenir para lo que queda del gobierno.

    Por ejemplo, Edmundo Pérez Yoma (ex ministro de Defensa) es un buen candidato para el reemplazo. Es DC, es del sector tradicional y tiene experiencia. Si no es el, Bachelet buscara un operador político cercano a ese perfil.

    COMMON' PEOPLE....ANY IDEAS??????

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